El título ya es espeluznante. Pero la realidad que describe lo es aún más.
¿Matar a un pobre animal, acuchillarlo, desangrarlo, destriparlo, descuartizarlo,.....debe enorgullecernos y sentirlo como una tradición a conservar? Si es así, que pena.
Y como hemos dicho muchas veces, las palabras matanza y solidaridad unidas chirrían tanto que nos ponen los pelos de punta.
Lo que nos consuela es que este tipo de actos tienen como protagonistas asociaciones en las que se integran personas mayores, por suerte, nuestros jóvenes, se distancian cada día de este tipo de costumbres primitivas.
Avancemos en el respeto a todas las vidas o al menos en el derecho a una muerte digna, sin dolor, con respeto y dignidad.