En cuanto se roza cualquier intento de reconocimiento de nuestra
cercanía con los grandes primates, enseguida aparece una catarata de
burdas reacciones en contra. Me pregunto qué nos da tanto miedo de
nuestra cercanía con los grandes simios para que reaccionemos así de
agresivamente, así de cruelmente; quizá nos asuste enfrentarnos a
nuestra animalidad... (Rosa Montero)
Los grandes simios son cuatro: los chimpancés, los bonobos, los gorilas y
los orangutanes. Con los chimpancés y los bonobos apenas nos separa un
1% del genoma. Incluso podemos intercambiar transfusiones con ellos,
siempre que se respete el grupo sanguíneo. Pero ellos pertenecen al
género pan y nosotros al género homo, una diferencia en la clasificación
bastante forzada...
Hace ya más de una década que diversos científicos de todo el mundo han pedido una revisión de las clasificaciones y la inclusión de los grandes simios o al menos de los chimpancés y los bonobos en el género homo. Pero en cuanto se roza cualquier intento de reconocimiento de nuestra cercanía con los grandes primates, de su evidente humanidad y, por consiguiente, de las brutalidades que cometemos con ellos, enseguida aparece una catarata de burdas reacciones en contra. Desde los chistes necios hasta la indignación hipócrita: "¡Se preocupan más de los monos que de los humanos!".
Hace ya más de una década que diversos científicos de todo el mundo han pedido una revisión de las clasificaciones y la inclusión de los grandes simios o al menos de los chimpancés y los bonobos en el género homo. Pero en cuanto se roza cualquier intento de reconocimiento de nuestra cercanía con los grandes primates, de su evidente humanidad y, por consiguiente, de las brutalidades que cometemos con ellos, enseguida aparece una catarata de burdas reacciones en contra. Desde los chistes necios hasta la indignación hipócrita: "¡Se preocupan más de los monos que de los humanos!".
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