Maravilloso poema de Julio Ortega. GO VEGAN
No soy un cerdo, soy un capítulo en un recetario de cocina, un cadáver adornado con guarnición. No soy un delfín, soy la sonrisa del payaso eternizada a golpe de navaja en la boca. No soy un ciervo, soy un muerto huyendo entre dos fechas en un calendario de vedas del cartucho que al fin me alcanzará.
No soy un póney, soy un monigote de tiovivo que no está construido en madera, un monigote dotado de sistema nervioso central. No soy un chimpancé, soy, en mi lado de una alambrada, la materialización de la descripción escrita en un cartel en el tuyo. No soy un tigre, soy un trozo de carne drogada, asustada y doliente al otro extremo de un látigo. No soy un perro, soy un problema presupuestario que se zanja con una dosis de pentotal sódico.
No soy una vaquilla, soy mi sangre mezclada con los vómitos y los
orines de los borrachos que me persiguen y atraviesan. Soy el grito que
no se escucha entre sus risas. No soy un pájaro, soy dos alas que nunca podrán volar unidas a un cuerpo con dos barras entre las que saltar.
Y tú, tú que escoges ver en mí lo que no soy por no escoger ver lo que me hacen, ¿qué eres?
Tú que cada día lavas tus dientes, tu cabello y tus manos. Tú que cada
día derramas colonia sobre tu piel. Tú que eres tan limpio, tan
exquisito, tan sensible, tan educado, tan hijo, tan padre, tan
ciudadano, tan vecino y trabajador tan ejemplar. Tú, humano de dientes
blancos y alma sombría, de pelo limpio y ética casposa, de manos sin
bacterias y llenas de sangre. Tú, que bajo tu perfume hueles a desprecio
ante el miedo, el dolor, la explotación, la esclavitud, las lágrimas de
otros, siempre de otros, ¿qué eres? ¿Cuándo piensas asear tu corazón y
tu conciencia?
Piénsalo y ten miedo de la respuesta. A mí no me dejan ser quien quiero ser. Tú eres lo que eliges ser.