Los defensores de la lidia se quedan sin uno de sus argumentos más
manidos, el de que sin espectáculos taurinos el toro bravo desaparecería
como raza. Desde el Gobierno se considera perfectamente viable su existencia
aunque se reduzca de modo considerable el número actual de corridas de
toros. En un escenario hipotético, en el que la decisión de prohibir la
lidia aprobada por Catalunya se extendiera por otras comunidades, el
animal no estaría en peligro de extinción: "Si la demanda de estos
ejemplares para espectáculos taurinos disminuyera, existen diversas
líneas de trabajo que pueden acometerse para esta raza y existen también
otras vías para su mantenimiento", confirmaron ayer por escrito a Público desde el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
El departamento que dirige Elena Espinosa considera que, del total del censo de reses bravas, "sólo un escaso número de animales se dedica a los espectáculos taurinos".
Medio Ambiente señala que el número de reses bravas en la actualidad es
de 275.748 ejemplares inscritos. Cada año, se utilizan alrededor de
15.000 toros en los distintos festejos taurinos que tienen lugar en toda
España, ya sean corridas en plazas o sueltas de vaquillas en los
pueblos.