Dos días de luto oficial y suspensión de actos en memoria de Diego
Antón Goyoaga, el joven de 16 años que murió durante una suelta de
vaquillas en la Plaza de Toros de Huesca. Luto en Deltebre por la muerte
de un hombre de 44 años. Antes de que acabe el mes, seguro que ocurren
más desgracias. Y todo el mundo tenía todos los permisos y cumplía con
las normas de seguridad.
Nadie duda que así fuese. Lo que sí que se han saltado tanto ellos,
como todos ayuntamientos donde se autorizan y subvencionan estos
espectáculos, es el rechazo al maltrato de animales; la negativa a que
los más jóvenes asuman la violencia como algo digno y cotidiano. Ahora
lo pueden calificar de desgracia o de accidente, que eso da lo mismo en
quienes llaman a la tortura tradición. En el caso de Diego Antón, es un
homicidio por imprudencia con el agravante de premeditación. En el de
las vaquillas hay que añadirle la alevosía y la cuadrilla.— Julio Ortega Fraile