Los humanos decidimos sobre la vida y la muerte de los pobres animales que, en cautividad, permitimos que lleguen a este mundo. Si el humano es bueno, el animal tendrá una vida digna y sin dolor evitable. Si el humano es malvado, la vida de los animales que caigan en sus manos será de explotación, dolor, indignidad, sufrimiento y vejación. Sólo los humanos responsables y sensibles podemos evitar la maldad contra los animales.
Una prueba de ello es este maravilloso vídeo sobre Fajden, un toro bravo nacido para morir en una corrida, rescatado de esa suerte. Precioso: Fajden y su salvador