Parece mentira que hayamos evolucionado en tantas cosas y sin embargo estemos tan lejos en lo que respecta al respeto hacia los animales, muchos de ellos animales de compañía que conviven con nosotros como perros o gatos. Los animales aún aparecen en nuestro código civil como ‘bienes semovientes’, B-I-E-N-E-S. Es decir, son considerados como cosas.
Esta consideración de cosa está muy alejado del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europa que, en su artículo 13, reconoce a los animales como seres sentientes dotados de sensibilidad. y en este sentido los códigos civiles de Francia o Alemania reconocen expresamente que los animales no son cosas. En Austria, Nueva Zelanda o Australia, entre otros han sometido sus leyes a reformas para cambiar el estatuto jurídico de los animales de meras “cosas” a “seres vivos dotados de sensibilidad”.