César Bona es un GRAN MAESTRO.
Como dijo alguien: "por sus obras los conoceréis", y lo que tenemos la suerte de conocerlo en persona podemos afirmar que por su obras y por su persona. Maravillosa persona.
La empatía y el respeto importan tanto como los buenos resultados
César Bona, candidato al 'Nobel' de Educación, abarrota el Auditòrium de Palma
Es el único candidato español a obtener el prestigioso Global Teacher Prize
El profesor César Bona, ayer en su conferencia para el 10º aniversario de la escoleta de Asima. JORDI AVELLÀ
Sus catorce años de trayectoria salieron del anonimato hace unos meses cuando César Bona apareció como el único candidato español al Global Teacher Prize, bautizado ya como el Nobel de la educación. El foco mediático se posó entonces sobre este profesor zaragozano de 42 años que un día tuvo la brillante idea de materializar eso de que, en educación, "el factor humano es mucho más importante que meter datos en la cabeza".
Salido de su clase de 5ºB en el colegio Puerta de Sancho de Zaragoza, Bona se plantó ayer ante las 1.500 personas que abarrotaron el Auditòrium de Palma en la celebración del 10º aniversario de la escoleta de Asima. Flanqueado por un globo terráqueo y un portátil rojo, el profesor desgranó los secretos de una metodología que, aunque trazada a vuelapluma y con altas dosis de improvisación reconocida, le ha convertido en una celebridad en su gremio.
El gran pilar es ése: "La empatía y el respeto importan tanto como los buenos resultados". Una lección que a él, "como maestro que no lo sabe todo", le llegó pronto. Primero en aquel colegio en el que aterrizó y en el que 20 de 24 alumnos eran de etnia gitana. O en aquella escuela unitaria de Bureta con sólo seis niños y en la que dos no se hablaban por la rivalidad de sus familias. "¿Qué sentido tiene que sepan sobre Historia si no se llevan bien entre ellos? Si no saben relacionarse con los demás", plantea.
Su amistad comedida con los libros de texto crea mil estratagemas para impartir el temario de Lengua o de Ciencias. El rodaje de películas mudas, protectoras de animales virtuales, proyectos de investigación con la tercera edad. "Los niños no tienen opción de cambiar de trabajo y se van a pasar como mínimo diez o doce años en el colegio. Así que hay que hacer que se sientan cómodos en las aulas", planteó.