

Hoy, todavía, se les permite este malvado, cruel y bárbaro espectáculo.
Algo que, por su hedor decimonónico, debía formar parte ya de la más negra, vergonzosa y enterrada historia de este país se sigue desarrollan en nuestros pueblos, pagado con nuestros impuestos.
Muy cerca está el tiempo en que los españoles se sonrojen por haber permitido hasta el siglo XXI esta atrocidad.
Algunos tendremos el orgullo de contar a las generaciones futuras que siempre estuvimos luchando, pacíficamente, por evitarles este horror.
Vídeo de la concentración: pincha aquí