El suyo no es un caso raro ni aislado: según el Departamento de Conservación de Missouri, son
muchos los animales acuáticos, aéreos y terrestres que accidentalmente
quedan enganchados en este tipo de anillas de plástico (o en las
redecillas de los sacos de naranjas o patatas, hilos de pescar, etc) ,
que les causan sufrimiento, malformaciones, mutilaciones, invalidez,
asfixia e incluso la muerte.
Leer en Viva Lebio La historia de Peanut.