Muchas personas siguen sin entender el sentimiento de aquellos que amamos a los animales.
Son incapaces de comprender que nos duele como una afrenta personal el maltrato, la humillación, la dejadez,.......hacia los animales, ya sea por sus propietarios o por un cualquiera que se cruce en el camino de estas pobres víctimas. En su cabeza y sus corazones, si los tienen, no les cabe que seríamos capaces de sobrellevar con más facilidad un golpe en nuestro rostro que una patada a un perro o un gato callejero. Ni que decir tiene que la respuesta ante un golpe a uno de nuestros peludos compañeros sería contundente.
ES IMPOSIBLE APLICARNOS EL "OJOS QUE NO VEN CORAZÓN QUE NO SIENTE" y el sobado argumento taurino : "SI NO LES GUSTA QUE NO MIREN".
Este sentimiento es el que nos hace protestar contra la tortura taurina que está al mismo nivel del que pega a su perro, ahorca a su galgo, tira los cachorros vivos de su perrita a contenedores de basura, tortura gatos, maltrata burros y caballos,...........todo esto es lo mismo para nosotros: MALTRATO ANIMAL.
Que los taurinos se acostumbren a las concentraciones en defensa de los toros vivos y contra su tortura y ajusticimiento. Los defensores de los animales ya no nos callamos más. Los cientos de voces que susurran que la tauromaquía es una vergüenza poco a poco comenzarán a gritarlo y, pronto, como pasa en muchas circos de toros ya, seremos más los que denunciaremos el maltrato a estos bellos animales en sus puertas que los que disfrutan con su humillación, sangre, dolor y sacrificio en sus tendidos de muerte.
Este anacrónico esperpento tiene los días contados y quienes mejor lo saben son los taurinos.
Este anacrónico esperpento tiene los días contados y quienes mejor lo saben son los taurinos.