Miles de euros por el placer de matar

La noticia de la   muerte de Cecil, el león más emblemático de Zimbabue, ha dado la vuelta al mundo e inundado las redes sociales de mensajes de repulsa. El dentista estadounidense Walter James Palmer ha sido identificado como el cazador que disparó con arco y flecha a Cecil, que se desangró durante horas, hasta que finalmente fue rematado con un rifle. Palmer se llevó como 'trofeo' su cabeza y su piel.
Cecil vivía en el Parque Nacional Hwange (Zimbabue), donde se convirtió en el felino más famoso del país por su tamaño extraordinario, su pelaje oscuro y su belleza. Estaba siendo observado desde hace trece años por la organización 'Zimbabwe Conservation Task Force' (financiada por la Universidad de Oxford). Walter James Palmer pagó 50.000 euros por acabar con su vida.
En España existen más de cuarenta empresas dedicadas a la organización de safaris de caza en África. Hay cuatro países africanos que permiten la caza comercial, salvo de aquellos animales que se encuentran en peligro de extinción o que forman parte de estudios sobre su comportamiento y población, como era el caso de Cecil. Zimbabue, Sudáfrica, Namibia y Tanzania permiten la organización de safaris para matar. Otros, como Kenia y Botsuana (este último recientemente), lo han prohibido.
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