Imagen que ilustra la noticia de MundoToro |
Llegan a la redacción de este medio llamadas indignadas por el insulto a José Tomás en las redes sociales, en donde se alardea incluso con la confección de un cartel propio del Estado Islámico y no de una sociedad de derecho. Nosotros no podemos hacer nada. La falta de respeto hacia la tauromaquia y sus gentes es un hecho innegable que nace de dos puntos que se alimentan: la estrategia del insulto continuado del antitaurino y la impunidad de su delito causada por el segundo punto: una tauromaquia sin capacidad de reacción legal o social. Tanto es así, que las generaciones de hijos que deberían llevarla hacia adelante, toman la mentira reiterada y el insulto impune como verdad y abandonan lo que los padres sentimos: el toreo y el toro.
En descripción objetiva, este el trono en disputa: una tauromaquia empobrecida como negocio, inestable en lo político, y en rechazo social creciente. Así hay que decirlo a la opinión pública. Por eso, entre otras cosas, se puede insultar a JT o a quien sea de forma impune. Por eso, hoy, ser aficionado a los toros en España es bordear un delito o ser un paria social.