La noticia nos narra como el presidente de la Sociedad de Cazadores La Oliventina y director del Museo Etnográfico Extremeño “González Santana” de la ciudad, auna afición y trabajo y lleva a los perros de caza y sus crías (se ve que los cazadores lo de no críar, no regalar cachorros, intercambiarlos, venderlos y tal no les va) a la residencia de ancianos local, Residencial Casal.
Destacamos el siguiente párrafo:

Nos preguntamos si para ellos los perros también son objetos que les recuerdan cosas, y no seres vivos sintientes con los que compartir vivencias. Otra duda es, qué tipo de cosas les recuerdan: ¿cuando criaban con ellos para tener cachorros buenos para la siguiente temporada?¿cuando salían al campo a reventar a tiros a pobres animales salidos de las granjas cinegéticas y totalmente perdidos en campos desconocidos para ellos?¿cuando despellejaban o desplumaban sus cadáveres?¿cuando entregaban a sus perros viejos, enfermos, desechados a la perrera para su sacrificio?.
Pero bueno, todo es en Olivenza, sede de la mayor perrera provincial, no se puede pedir otra cosa.