La noticia nos narra como el presidente de la Sociedad de Cazadores La Oliventina y director del Museo Etnográfico Extremeño “González Santana” de la ciudad, auna afición y trabajo y lleva a los perros de caza y sus crías (se ve que los cazadores lo de no críar, no regalar cachorros, intercambiarlos, venderlos y tal no les va) a la residencia de ancianos local, Residencial Casal.
Destacamos el siguiente párrafo:
" La actividad surgió por recomendación del propio Vallecillo, quien desde
el Museo Etnográfico Extremeño desarrolla un interesante proyecto con
Residencial Caser, denominado Reminiscencia, a través del cual los
ancianos evocan y recuerdan momentos pasados y ejercitan la memoria
gracias al contacto con objetos y piezas relacionadas con diferentes
oficios. En este marco, en el presente mes de noviembre se cedieron
varias piezas relacionadas con el mundo cinegético."
Nos preguntamos si para ellos los perros también son objetos que les recuerdan cosas, y no seres vivos sintientes con los que compartir vivencias. Otra duda es, qué tipo de cosas les recuerdan: ¿cuando criaban con ellos para tener cachorros buenos para la siguiente temporada?¿cuando salían al campo a reventar a tiros a pobres animales salidos de las granjas cinegéticas y totalmente perdidos en campos desconocidos para ellos?¿cuando despellejaban o desplumaban sus cadáveres?¿cuando entregaban a sus perros viejos, enfermos, desechados a la perrera para su sacrificio?.
Pero bueno, todo es en Olivenza, sede de la mayor perrera provincial, no se puede pedir otra cosa.