Nos
hemos cruzado esta tarde con ellos; nos hemos detenido el tiempo justo
para estremecernos, apenas unos minutos para acariciar sus hocicos
secos, un momento corto para hacer fotos.
Los galgueros, lerdos, primitivos, oscuros, torvos, fanfarrones y feos, bebían un botellín de cerveza tras otro mientras su olor espantoso dejaba en el aire un rastro de obscenidad.
Los galgos, belleza pura y corazón limpio, esperaban en silencio el regreso de los monstruos.
Llegará el día, os lo prometemos, que los galgueros no podrán ensuciar tanta belleza.
Los galgueros, lerdos, primitivos, oscuros, torvos, fanfarrones y feos, bebían un botellín de cerveza tras otro mientras su olor espantoso dejaba en el aire un rastro de obscenidad.
Los galgos, belleza pura y corazón limpio, esperaban en silencio el regreso de los monstruos.
Llegará el día, os lo prometemos, que los galgueros no podrán ensuciar tanta belleza.
Foto y texto del Refugio-Escuela Sofia