Los
zoológicos son unos de los lugares más éticamente sospechosos del
mundo. Por un lado existen muchos zoológicos que hacen un trabajo
importante como la conservación de especies, el ofrecimiento de refugio
de algunos animales en peligro de extinción, la educación de personas
acerca de la vida salvaje. Sin embargo también existen muchos, muchos
zoológicos que están ahí solo para hacer dinero a expensas de animales
enjaulados, y ponen muy poco esfuerzo en crear hábitats cómodos y
adecuados o incluso seguros para los animales que habitan ahí.
El sobresaliente fotógrafo Gaston Lacombe
ha hecho un extraordinario trabajo recopilando una serie de documentos
que muestran la tristeza y la enajenación de algunos animales en
cautiverio. Estas fotografías cuentan una sola historia: la de animales
que no pueden hacer nada más que ver su propia sombra en la pared de su
cárcel. Leer la noticia en ECOESFERA