En lugar de toros, patines. En plena temporada taurina en todo el país, y
cuando los mejores espadas españoles triunfan en el exilio de Duitama,
población cercana a Bogotá a donde trasladaron las corridas, la
emblemática plaza de Santamaría cambió la arena por el hielo. Miles de
bogotanos aprenden a patinar en un coso que los amantes del toreo
consideraban el mejor de América después del de Ciudad de México.
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