Poema antitaurino de Julio Ortega.

Cuando el respeto se jura con unas manos llenas de sangre.
Cuando los actos desnudan de mentiras la farsa de una garganta.
Cuando la criatura honrada agoniza a los pies de su benefactor.
Cuando el amor es una ofrenda de miembros amputados que exhibe el amante.
Cuando el amado dobla sus patas y restaña con arena las hemorragias de su mutilación.

Cuando la libertad sólo sirve para escribirla en las paredes de una celda.
Cuando aquel que la nombra y la exige afila ansioso las armas de la ejecución.
Cuando el arte dibuja lágrimas en un lienzo que a cada pincelada se estremece.
Cuando la brutalidad se viste de cultura y la muerte lo hace de tradición.
Cuando apesta a sadismo, a crueldad, a ignorancia, a cinismo y a hipocresía.
No lo dudes…
Cuando todo eso ocurre, es porque hay un torero a tu alrededor.