De vergüenza, ni el ganadero ni los veterinarios de la plaza se dieron cuenta de que esta pobrecita estaba preñada.
Mientras la hostigaban y perseguían comenzó el parto.
¿Se puede ser más indigno?
Leer la triste noticia en Anima Naturalis: Una vaca que participaba en una capea pare un ternerillo en la plaza de toros