La matanza de focas canadiense está
comercialmente muerta y no tendrá lugar en el siglo XXI. Esta cruel
industria anacrónica está siendo arrojada al cubo de la papelera de la
historia donde pertenece y finalmente, después de toda una vida de lucha
por poner fin, esta obscena vergüenza está muerta en todos los
sentidos.
Comentario por el Capitán Paul Watson
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